El jabón es básicamente una sal obtenida de las grasas que resulta soluble en el agua. Desde el punto de vista químico, la saponificación (formación de jabones) es la reacción obtenida entre una solución alcalina (hidróxido de Sodio) y un ácido. Los ácidos serían las grasas animales y vegetales (sebo y aceites).
Tanto los jabones de baño como los detergentes parten de la misma base, la diferencia está en que los jabones se elaboran a partir de sustancias naturales tales como grasas animales y vegetales, mientras que los detergentes se elaboran a partir de materias primas sintéticas. Es por esto que son preferibles los jabones a los detergentes, ya que éstos últimos son los causantes de gran parte de la contaminación de las aguas de nuestros ríos y demás fuentes de agua pura. Sin embargo, algunos fabricantes industriales de jabones también utilizan químicos, por lo que se hace necesario que aprendamos a elaborarlos nosotros mismos a partir de materiales reciclables y no contaminantes. Además, con esto estaremos contribuyendo a generar un ahorro, ya que los productos de aseo personal y de la casa suelen ser de los más caros de la canasta familiar.
Los métodos clásicos para hacer jabón en casa son dos: Al calor y al frío. El primero, el más sencillo y adaptado para los que sean principiantes, permite aprovechar el calor emitido por la reacción química del material alcalino. En otros casos la mezcla recibe una fuente externa de calor (caldera, horno) para acelerar la reacción química. El jabón obtenido con el método al frío necesita de un tiempo de “maduración” de aproximadamente cuatro semanas para completar el proceso de la transformación y absorber el líquido. El jabón obtenido con el método al calor queda listo en un tiempo más breve, pero tiene una consistencia mucho más rústica e irregular que la del jabón al frío.
- Medio kilo de sosa cáustica.
- Tres litros de agua.
- Tres litros de aceite de cocina usado
Se disuelve la soda caústica con el agua.
Cuando se enfría, se va echando el aceite poco a poco. Se debe hacer en un recipiente grande de plástico, con cuidado de no salpicar y con unos guantes debido a que la soda es corrosiva, además, hay que tener paciencia pues tarda en cuajarse casi una hora, todo este tiempo se debe dar vueltas hacia la derecha, con una paleta grande y siempre en el mismo sentido, poco a poco se va poniendo duro.
Cuando el jabón artesanal se pone duro añadimos aquel remedio que queramos, por ejemplo, se le puede añadir arcilla, o esencia de alguna planta que nos interese, por ejemplo jugo de aloe vera o esencia de manzanilla o aceite de onagra.
Después se pone en un cajón de madera o plástico untado en aceite .A las 48 horas antes de que se ponga duro del todo, debemos cortarlo en trozos pequeños.
Se deja secar y orea por 30 días antes de usar , de modo contrario los residuos de la soda pueden dañar severmente la piel.
El jabón artesanal es el mejor que hay para todo: para lavarse el cuerpo y las partes intimas, para curar las heridas (se moja una gasita en agua hervida y se frota en el jabón artesanal, después limpiamos sin miedo la herida, desinfecta mejor que nada), para lavarse el pelo (lo fortalece), la ropa queda blanca y suave ,etc.
Otras recetas
Jabón de canela muy energizante
Te enseñamos a realizar un jabón de canela muy energizante. Un jabón muy aromático que nos ayudará a destapar los poros y a exfoliar la piel, para lucir siempre radiantes.
Materiales:
200 g Jabón base de coco
Colorante marrón
10 gotas Aceite esencial de canela
10 g Canela molida
Molde para jabón
Paso a paso:
Corta 200 g de jabón base de coco en pequeños cubos y derrítelo en el microondas durante 30 segundos. Una vez derretido, coloca colorante marrón y mezcla hasta disolver. Agrega 10 gotas de aceite esencial de canela que brinda un aroma persistente e intenso.
Luego incorpora 10 g de canela molida y mezcla para integrar los componentes. Vierte la preparación en un molde y deja reposar durante 30 minutos. Cuando haya solidificado, desmolda y deja reposar durante 24 horas más. Por último, envuélvelo para conservarlo o regalar.
Jabón de miel y avena
. A este jabón le vamos a colocar avena para que al usarlo sea realmente un tratamiento de belleza. Por otro lado, la miel dejará tu piel suave y limpia, mientras que la avena se encargará de remover las células muertas, dejando tu piel bien brillante y sana.
Materiales:
100g de jabón base
1 cdita de miel y 2 cdas de avena
1 cdita de aceite de almendras
2g de esencia de cera de abejas
Alcohol puro
Aceite desmoldante
Paso a paso:
Primero debes fundir el jabón a baño María, agregar la miel y el aceite, poco a poco. Luego, se agrega la avena y la fragancia y se incorporan bien todos los elementos.
Luego se vierte en un molde previamente untado con aceite desmoldante y se rocia la superficie con alcohol para eliminar las burbujas.
Una vez terminado se deja fraguar a temperatura ambiente y se lleva al congelador durante 10 minutos, y luego ya se podrá desmoldar.
Jabones de eucaliptus
. El aceite deja la piel tersa y suave, y el eucaliptus refresca y limpia los poros. Prueba.
Materiales:
1 taza de aceite de oliva
Glicerina
1/4 taza de soda cáustica
Aceite de eucaliptus
Moldes para jabones
Recipiente de plástico
Paso a paso:
Colocamos la soda en un recipiente de plástico y agregamos 3/4 de taza de agua, revolvemos con una cuchara de plástico hasta disolver. Dejamos enfriar por una hora.
Derretimos la glicerina y mezclamos con el aceite de oliva, y agregamos esta preparación a la soda cáustica.
Cuando empieza a endurecerse, agregamos el aceite de eucaliptus, mezclamos y vertemos en los moldes.
Dejamos endurecer, desmoldamos y envolvemos en papel film, dejando reposar por 10 días.
Pasados los diez días podrás usar estos jabones, y seguro notará la diferencia en tu piel.
Jabones de sandía en 4 pasos
Materiales:
1 barra de jabón base de glicerina
Alcohol
Aromatizante de sandía
Colorante para jabones: rojo, verde y marrón
Laca brillante para jabón
2 Botellas plásticas de gaseosa de 2 litros de contorno liso
Plastilina o masilla para velas
Bandeja plástica
Paso a paso:
1- Molde:
Corta el extremo superior e inferior de las botellas.
Reserva una de ellas; en la restante haz un corte a lo largo y cierra, formando un cilindro de un diámetro menor que el de la botella reservada (aprox. 1,5 cm menor). Fija el cerramiento de esta pieza con pegamento.
2- Sobre la bandeja de plástico u otra superficie lisa, coloca el cilindro más grande y sujétalo por su base con plastilina o masilla.
Luego, dentro de éste centra el cilindro más pequeño.
Derrite a baño de María una parte del jabón y agrégale unas gotas de colorante verde y la esencia.
Espera unos minutos que baje un poco la temperatura del jabón y viértelo en el espacio que queda entre los dos cilindros.
Deja secar.
3- Derrite otra porción de jabón teñida con colorante rojo.
Retira el cilindro interno del molde y allí vierte el jabón, rellenando el hueco.
Deja secar.
4- Desmolda la barra de jabón.
Con un cuchillo de hoja lisa, corta rodajas de 1,5 cm de espesor y luego córtalas por la mitad para obtener las tajadas de sandía.
Con un pincel fino y colorante verde, simula las líneas de la cáscara de la sandía.
Con colorante marrón pinta las semillas.
Finaliza con una capa de laca brillante para jabones.
Importante:
# Deja secar bien los jabones antes de usarlos.
# Para conservarlos mejor, envuélvelos en papel celofán.
Jabones artesanales
Lo necesario para empezar
* Base de jabón moldeable: por cada medio kilo de jabón que compres, obtendrás
alrededor de seis pastillas.
* Un cuchillo: los cortadores de pasta también sirven.
* Un hervidor para el baño maría o un microondas.
* Un recipiente para derretir y mezclar los ingredientes (mejor de cristal o de plástico). Cualquiera resistente al calor o al microondas sirve.
* Un utensilio para remover la mezcla como, por ejemplo, una cuchara de madera.
* Colorante. La cantidad que deberás utilizar estará en función de la intensidad del color que desees obtener.
* Fragancia. Necesitarás de 1 a 3 cucharadas por cada medio kilo de jabón.
* Cucharas de diversos tamaños para calcular las cantidades de perfume, a poder ser de metal, ya que las de plástico podrían estropearse por el contacto con la fragancia.
* Un molde. Tienes dos opciones: comprar un molde especial para jabón o velas, o bien servirte de cualquier recipiente que tengas a mano, siempre y cuando sea flexible, como por ejemplo, la base de un cartón de leche o un envase de plástico.
* Un vaporizador de alcohol isopropílico, o alcohol para fricciones, que podrás encontrar en la mayoría de droguerías.
Materiales complementarios
Si bien no son imprescindibles, no viene mal disponer de:
* Una balanza.
* Un termómetro: los que se usan para fabricar velas son una elección adecuada, así como aquellos que puedan medir desde los 27º C hasta los 120º C.
* Un pliego de papel grande, papel de estraza o papel encerado para utilizar como superficie de trabajo.
Un surtido de recipientes para derretir el jabón o un solo recipiente con varios compartimentos para mantener separados los jabones de diferentes colores. Preferiblemente recipientes de vidrio transparente o para microondas.
Palillos de bambú, palillos dentales, herramientas de alfarería y otros objetos afilados para remover, agujerear y modelar el jabón.
* Juguetes, sellos de goma y una serie de elementos para estampar o acompañar el jabón.
* Hierbas aromáticas, aditivos nutricionales (como el aceite de almendra dulce o la manteca de karité), champú, sales de baño y demás cosméticos exóticos que tengas a tu alcance.
* Recipientes de plástico, moldes para velas, tubos de plástico, cubiteras y demás materiales flexibles que puedan hacer la función de molde.
* Cinta adhesiva, papel, bolsas de celofán, cajas y demás materiales con los que puedas adornar y envolver el producto final.
* Una libreta o bloc de notas para llevar a cabo un archivo de tus proyectos.
¿Cómo hacer jabón moldeable?
Una vez que hayas comprado todo lo necesario, hayas preparado la superficie de trabajo y ordenado todos los materiales para mayor comodidad, sólo te hará falta saber cómo empezar. Los seis pasos básicos para elaborar jabón son:
1. Derretir la base jabonosa. 2. Añadir el color. 3. Añadir las fragancias. 4. Mezclar con otros aditivos, si procede. 5. Verter en moldes. 6. Desmoldar, usar y… ¡disfrutar!
Para calcular la base jabonosa que debemos utilizar, llenaremos de agua el molde. Luego la verteremos en un cuenco y usaremos un trozo de cinta adhesiva para marcar la altura del agua. Calcula por lo bajo la cantidad de jabón que crees que vas a necesitar, derrítelo en el microondas o al baño maría y, a continuación, ponlo en el cuenco. Si el jabón todavía caliente no llega a la altura de la cinta adhesiva, añade un poco de jabón sin derretir (que acabará deshaciéndose por el calor). Este método resulta más sencillo si utilizas un medidor.
Primer paso: derretir la base jabonosa
* Cortar: corta la base moldeable con un cuchillo de cocina, como si fuera un trozo de queso. Si sabes cuántos gramos de jabón caben en tu molde y tienes una balanza para pesar la base jabonosa, podrás cortar la cantidad exacta que necesitas. Otra opción es hacerlo a ojo de buen cubero. Si te sobra jabón cuando has acabado, lo dejas enfriar en el cuenco. El jabón moldeable se puede recalentar y derretir repetidas veces.
* Derretir: la mayoría de la gente derrite el jabón al baño maría o en el microondas. Si lo haces al baño maría, espera a que se derrita la mayor parte, a continuación apaga el fuego, cubre el cazo y espera hasta que el jabón que todavía está sólido se derrita por sí mismo lentamente.
* En el microondas: derrite el jabón en un recipiente para microondas hasta el punto exacto en que pasa a estado líquido. Asegúrate de que la cantidad que vas a usar cabe en el recipiente. Caliéntalo en períodos de tiempo de 15 ó 20 segundos, removiendo entre proceso y proceso. Es conveniente tapar el recipiente mientras se calienta.
Ahora pon el jabón en un recipiente de cristal o de plástico transparente. Emplearás este mismo cacharro para añadir las fragancias y los tintes, y si es transparente, podrás saber con exactitud qué color has obtenido. La gracia de la base moldeable está en que se puede derretir una y otra vez, de manera que puedes utilizar las cantidades que te sobren en futuros proyectos
Calentamiento
Sea cual sea el método utilizado, no sobrecalientes el jabón. Si lo haces, pueden surgirte muchas complicaciones. En primer lugar, podrías quemarlo, haciendo que su base se volviera de color ámbar. También corres el riesgo de deshidratar la base o de hacerla más viscosa y opaca. Si añades colorante o esencia a una base que esté muy caliente, ésta hervirá enseguida y posiblemente se derramará, lo cual siempre es un peligro.
Recuerda, por último, que un sobrecalentamiento causa todo tipo de problemas técnicos: pueden derretir los objetos que hemos incluido en el jabón, así como deformar el molde, que tardará mucho más tiempo en enfriarse. Cuando ya sólo nos falta desmoldar la pieza para ver nuestra nueva obra de arte, la espera final puede resultar interminable...
Advertencia: el jabón caliente quema, igual que el agua hirviendo o la cera. Es conveniente llevar gafas de protección y guantes cuando manipules el jabón.
Segundo paso: añadir fragancias
Calcula la cantidad de fragancia con una cuchara de medición: añade de 1 a 3 cucharaditas por cada 1/2 k. de jabón (2% de fragancia aproximadamente) y remueve bien. Si no lo mezclas correctamente, la pastilla podría tener manchas de fragancia concentrada que podrían irritar la piel. Para perfumar el jabón puedes utilizar cualquier sustancia que no irrite la piel: tu perfume favorito, un aceite esencial, etc.
No emplees productos no aptos para uso tópico, como lo son algunos aceites para inciensos y popurrís. En caso de duda, no utilices el producto, o bien, haz una prueba sobre la piel para cerciorarte de que no hay peligro de irritación.
Es recomendable que perfumes el jabón antes de añadir el colorante, ya que el color de la fragancia y los aceites esenciales influirán sobre el aspecto final. Si quieres obtener una pastilla azul y le añades colorantes de este tono a tu jabón de limón, quedarás decepcionado al ver que éste se vuelve de color verde.
Tercer paso: añadir color
xisten diferentes tipos de colorantes: el líquido es el más práctico. Añádelo poco a poco y remueve hasta lograr el color deseado. Si utilizas colorantes sólidos, derrítelos primero en un cuenco aparte y añádelos a continuación al jabón. Si no, usa un cuchillo para cortarlo en trocitos y después echaéstos en el jabón derretido, removiendo bien hasta que quede todo mezclado.
Los colorantes en polvo pueden añadirse a veces directamente a la base jabonosa derretida. No obstante, procura que no se formen grumos. Aún así, lo más recomendable es mezclar aparte el colorante en polvo con agua y después añadirlo al jabón, hasta conseguir la intensidad de color deseada.
Cuarto paso: otros aditivos
Personaliza tu jabón añadiendo aditivos líquidos como aceite de almendras y vitamina E, o sólidos como la avena y la lufa en polvo. Al incorporar líquidos, mide la cantidad con una cuchara y añádelo al jabón derretido. Remueve bien durante 30 segundos. La cantidad depende mucho del aditivo.
Si no estás seguro, haz una pastilla de jabón de prueba utilizando sólo una cucharadita de aditivo por medio kilo de jabón y vuelve a hacer la prueba con una cucharada normal. Compara las dos pastillas obtenidas y así sabrás qué proporción te interesa más. Un exceso de aditivos le dará un aspecto irregular al jabón, lo enturbiará o aparecerán grumos.
Los aditivos sólidos, como la avena, tienden a bajar al fondo del molde cuando se vierte el jabón. Si te gusta así, perfecto. Si prefieres que quede repartido uniformemente, no viertas el jabón en el molde mientras esté todavía caliente, es mejor dejarlo enfriar en el cuenco, mientras remueves suavemente la mezcla de jabón y aditivo. Cuando se haya espesado, será el momento de ponerla en el molde.
Quinto paso: poner en moldes
Vierte el jabón directamente desde el cuenco al centro del molde. A continuación, pulveriza la superficie con alcohol para evitar que se formen burbujas indeseadas. Como moldes, puedes utilizar muchos artículos que encuentres en casa. Si bien es cierto que usar un molde de plástico para jabón o para velas es lo más adecuado, a veces no se puede evitar caer en la tentación de reciclar todo tipo de recipientes que tengamos en los armarios de la cocina.
Por ejemplo, los envases de yogures, la mitad inferior de los cartones de leche, los moldes de tartaletas y galletas... Te ahorrarás problemas si escoges moldes que tengan cierta flexibilidad y que permitan desmoldar el jabón fácilmente cuando se enfríe. El plástico, los envases de metal fino y los papeles resistentes al agua funcionan muy bien como moldes. En cambio, el cristal o la cerámica son demasiado rígidos. Si quieres usar un molde rígido, te recomendamos que antes pulverices el interior con un agente graso (como vaselina) que sirva para evitar que el jabón se adhiera a las paredes.
Desmoldar, usar y disfrutar
Dependiendo del tamaño de la pastilla y de la temperatura a la que estaba la base cuando la pusimos en el molde, el jabón se endurecerá en un espacio de tiempo que oscila entre 15 minutos y 2 horas. Sabremos si está duro presionando suavemente la superficie.
para el congelador durante 10 minutos y después pasa el molde por agua caliente.
En cuanto:
== G Alcohol: 1-4 cucharadas. Permite ablandar el jabón. En el producto final tiende a perderse la fragancia y puede resecar la piel. Si añadimos demasiado, el jabón obtenidguen potenciar la espuma, pero también oscurecen el jabón.
Agua salada (una parte de agua por dos de sal): de 1 cucharada a 1 taza. Endurece el jabón, pero si le añadimos la sal directamente, puede resquebrajarse. Tendremos que calentar un poco el jabón para disolver totalmente el agua salada.
Sorbitol: 1-2 cucharadas. Es el mejor aditivo para ablandar, aunque en exceso el jabón quedará pegajoso.
Resolución de problemas
Las técnicas de la elaboración artesanal del jabón son muy sencillas y hay muy pocas cosas que puedan ir mal. A continuación, se definen los problemas más frecuentes con los que se puede encontrar un principiante.
Si el jabón se agrieta o se resquebraja es por sobrecalentamiento. También puede suceder por pérdida de humedad o porque haya estado en el congelador o a temperatura ambiente en el exterior durante el invierno. Para solucionarlo, basta con añadir un 5% de agua o un 10% de glicerina y volver a derretirlo.
Cuando se derriten los objetos que incorporamos al jabón es porque éste está demasiado caliente o los objetos son demasiado finos. Lo tendremos en cuenta evitando elementos demasiado frágiles y usando el jabón más frío. También puede pasar que los objetos se salgan de la pastilla obtenida. Para evitarlo, pulverizaremos con alcohol los elementos antes de echarlos a la base jabonosa o probaremos con jabón más caliente.
Asimismo, cuando se introducen los aditivos a un jabón demasiado caliente, éstos pueden quedarse al fondo de la pastilla. No sucederá si dejamos enfriar el jabón lo máximo posible antes de ponerlo en el molde. Podemos probar añadiendo una cucharada de agua helada al jabón justo antes de ponerlo en el molde, para que se enfríe más rápidamente.
Si el jabón se cubre de un líquido pegajoso o tiene una textura algodonosa es porque la glicerina atrae la humedad del aire y hace que aparezcan gotas en la superficie. En el caso de que esto suceda, pasaremos un trapo sin pelusilla por el jabón, lo pulverizaremos con alcohol y lo envolveremos en plástico.
Cuando el jabón huele raro suele deberse al uso de una base jabonosa de mala calidad o a un sobrecalentamiento (olor a quemado). Evitaremos el problema cambiando de material y cuidando la temperatura de la cocción. También puede surgir una especie de copos de nieve cristalinos debido a la baja calidad de la base. Para solucionarlo, volveremos a derretirla y añadiremos un cuarto o media taza de agua por cada medio kilo de jabón.
También podemos tener incidencias con el colorante. El jabón puede desteñir (colorantes solubles en agua) o quedarse opaco (no soluble en agua). Para evitarlo, lo mejor es cambiar de colorante por uno soluble o no soluble, dependiendo del problema.
Fórmula para hacer jabón sin sosa cáustica
Propiedades jabonosas de la saponaria o hierba jabonera
En el proceso de elaboración del jabón, se emplea generalmente un álcalis, como la sosa cáustica, para la saponificación de las grasas. Sin embargo, las propiedades jabonosas de la planta saponaria officinalis, nombre científico de la hierba jabonera, permiten fabricar jabones caseros, sin necesidad de usar sosa cáustica. Aprende cómo.
Saponaria officinalis es el nombre científico de la planta conocida popularmente, como hierba jabonera, por sus propiedades jabonosas. De hecho el nombre saponaria, alude a su capacidad para hacer jabón, debido a su alto contenido en glucósidos, que en contacto con el agua, producen espuma.
Sin embargo, no es esta hierba, la única que contiene este tipo de sustancias, llamadas saponinas. También están presentes en otras plantas como el ginseng, la alfalfa, el aloe y la yuca, entre muchas más. Las propiedades detergentes de las saponinas han sido utilizadas para lavar, desde tiempos remotos. Obviamente, el jabón obtenido es un jabón líquido, lo que no afecta su poder limpiador.
Fórmula de jabón sin sosa cáustica de saponaria
Ingredientes
•raíz de saponaria, 50 grs
•hojas de salvia, 1 cda
•hojas de romero, 1 cda
•hojas de abrótano, 1 cda
•agua, 1 litro
Preparación
•Coloca las hierbas en un recipiente.
•Hierve el agua y vierte sobre las hojas y la raíz de saponaria.
•Tapa y deja reposar 45 minutos, antes de colar y envasar
Esta receta no sólo asegura la higiene de tu piel, sino que además la protege, porque es mucho más suave, que el jabón habitual
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